Ahora Eva habla español … si bien le llevó su tiempo aprenderlo, algo que es muy comprensible cuando tenemos en cuenta que Qiaoling Ma (su nombre de nacimiento) llegó desde China, a un mundo de distancia desde la Argentina. 

Cuando Eva tenía dieciocho años y llegó el momento de elegir un rumbo para su futuro, decidió que quería estudiar español. No sabía mucho acerca del lejano país rioplatense, solamente tenía la referencia de que era la tierra natal de Lionel Messi. Pero averiguó en Internet y le pareció que era una opción muy interesante. Además, sus padres estuvieron de acuerdo ya que en Buenos Aires vivían algunos parientes.

Al principio el aprendizaje fue relativamente sencillo, en un ámbito reducido y amigable, junto a varios compañeros y compañeras de su misma nacionalidad. Sin embargo, cuando intentó estudiar una carrera universitaria, sintió que su nivel no le alcanzaba.

Se sintió frustrada por un tiempo, pero se había enamorado de su nuevo lugar. Dado que regresar no era una opción, intentó un nuevo camino: armó un blog y grabó videos presentando lugares y hábitos de la Argentina dirigidos a la comunidad china. Sintió que esta audiencia quería “disfrutar más de la vida después de la pandemia” pero que les costaba integrarse, en especial, por la barrera del idioma.

Muy pronto, su iniciativa fue un éxito, sobre todo entre las personas más jóvenes. Entonces, Eva se animó a más y comenzó a producir videos también en español, contando costumbres y tradiciones chinas y describiendo sus aventuras en la Argentina.

En estos videos se animó a jugar con el humor y la propuesta fue muy bien recibida. A Eva los argentinos le parecen “muy chistosos, muy divertidos” y logró captar a la perfección los modismos locales para hacer reir tanto a migrantes como a nacionales. Actualmente, cuenta con más de doscientos mil seguidores, tanto en Argentina como en toda América Latina y se ha aliado con un connacional, Henry, para darle una nueva impronta a sus producciones.

Aunque al conocerlas le hayan parecido un poco extrañas, Eva adoptó costumbres tan argentinas como el mate y el saludo con un beso en la mejilla. Y justifica: “Si te juntás con personas que toman mate, tomás mate, no té. Y si en una reunión hay 30 personas, saludás a las 30 con un beso en la mejilla. Me gusta, acerca a las personas”.  Además se declara fanática del asado: “La carne de Argentina tiene un gusto muy rico. No necesitás poner condimento ni nada. Casi todos los fines de semana comemos asado”.

Hace unos meses, Eva abrió una cervecería donde un karaoke agrega entretenimiento para los clientes. Agradece a sus seguidores, quienes la apoyaron en los primeros y difíciles tiempos y la siguen acompañando con este nuevo emprendimiento.

La joven china ha dominado el vocabulario propio de los habitantes de Buenos Aires e incorporado la famosa muletilla del “che” como una buena porteña. Se ríe cuando describe que, a pesar de sus enormes avances, le siguen costando las conjugaciones y tiempos verbales del español y, sobre todo, reclama: “¿Por qué las cosas tienen femenino y masculino? ¿Por qué “la mesa” es mujer? ¿Por qué “el micrófono” es hombre?”.

Eva cree que en la Argentina hay un ambiente muy propicio para quienes buscan profundizar sus conocimientos y experiencias en el arte, la música, los idiomas, la cultura en general. Por eso les recomienda a los y las jóvenes de todo el mundo que están pensando en venir a la Argentina: “No duden, vengan. Argentina les va a encantar. Ya lo van a ver”.