Ginebra – En el Día Mundial del Paludismo (25/04) la OIM en su calidad de Organismo de las Naciones Unidas para la Migración y otras organizaciones asociadas a nivel mundial están aunando esfuerzos en la lucha contra el paludismo, una de las amenazas en materia de salud pública más antiguas, pero a la vez más generalizadas de nuestro tiempo. En el año 2016 hubo más de 216 millones de casos de paludismo en todo el mundo, 445.000 muertes relacionadas con la enfermedad y 2.700 millones de dólares invertidos en la prevención, tratamiento y eliminación de la misma. África representa casi un 90% de la carga mundial que el paludismo implica.

“En el mundo de hoy encontramos que un número sin precedentes de personas se encuentran en movimiento y la migración puede plantear desafíos en relación al control y a la eliminación del paludismo. Sin embargo, contamos con instrumentos como para poder vencerlo y así lo haremos, con las asociaciones que se generaron y la acción que se reclamó en la reunión celebrada entre líderes africanos y mundiales en Addis Abeba en enero,” sostuvo Jacqueline Weekers, Directora de Salud Migratoria de la OIM.

El movimiento de personas desde entornos de alta prevalencia hacia otros en donde tal prevalencia es menor o directamente están libres de paludismo, impacta sobre los esfuerzos tendientes a la erradicación. Un acceso limitado a las herramientas para la prevención del paludismo, incluyendo educación para la salud y tratamiento antes, durante y luego del proceso de migración vuelve a los migrantes más vulnerables y tiene un impacto sobre los esfuerzos para controlar la enfermedad, eliminarla y eventualmente erradicarla completamente.

El tema de este año  ‘Preparados para vencer al paludismo” pone de relieve la realidad de que las partes interesadas tienen los instrumentos para eliminar la mortal enfermedad y de que deben sostenerse los logros mensurables de años anteriores. En enero de 2018 los líderes mundiales se reunieron en Adis Abeba, Etiopía y enfatizaron un renovado compromiso para que África esté libre de paludismo hacia 2030, siguiendo el lanzamiento del Informe Mundial sobre el Paludismo (2017) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el cual los progresos para combatir esta mortal enfermedad se han estancado por primera vez en una década. El Informe enfatiza la necesidad de una continua inversión y de formar asociaciones, usando estrategias basadas en evidencias para su prevención, diagnóstico y tratamiento.  

La OIM brinda su apoyo a los Estados miembros para implementar políticas que incluyan a los migrantes, a fin de asegurar que se cumplan las metas de la Estrategia Técnica Mundial contra  la Malaria 2016-2030 y también con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto se materializa mediante el apoyo a programas nacionales contra la enfermedad y a los gobiernos que implementan programas sostenibles y de alto impacto. El fortalecimiento de las respuestas comunitarias que apuntan a los determinantes de la salud de los migrantes para la construcción de sistemas de salud que sean sensibles a la movilidad de la población es clave para abordar los desafíos generalizados relacionados con el control del paludismo.

La OIM en la actualidad brinda su apoyo a los programas de lucha contra el paludismo en docenas de países en todo el mundo, a menudo con el apoyo del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo. En Yemen, Tailandia y Somalia la OIM ha implementado estrategias de salud pública basadas en evidencias y con enfoques múltiples, las cuales incluyen intervenciones de lucha anti vectorial, distribución de mosquiteros para camas tratados con insecticidas de largo efecto (LLIN por su sigla en inglés) y campañas sobre comunicaciones relacionadas con los cambios en conductas a fin de crear conciencia en torno a la prevención y para estimular la búsqueda de tratamiento, incluyendo la adherencia al mismo.

Se pueden leer historias relacionadas con el trabajo de la OIM en las comunidades de migrantes afectadas por el paludismo aquí.

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